La siguiente reseña sobre el capítulo 2 de Temple contiene spoilers, así que si no has visto el capítulo te recomendamos lo veas primero.
Tenemos el Capítulo 2 de Temple con el nombre “Ser pervertido no es malo ¿o si?” con temáticas interesantes. A diferencia de otras series de anime, tenemos una continuidad en los personajes de la serie al que no se agrega ninguno al elenco. Sin embargo, el capítulo deja buenas impresiones donde ya se plantea un interés mutuo encubierto entre los protagonistas.
Capítulo 2. Ser pervertido no es malo ¿O si?
Para evitar malas interpretaciones, Yuzuki aclara que Akagami pagará su deuda a través de trabajo casero ante la mirada iracunda de Tsukuyo y Mia. Yuzuki le muestra la estatua del templo que está sin reparar por la falta de presupuesto. Esto para mostrarle que se necesita el pago de la deuda del padre de Akagami.
Tsukuyo conspira con las demás para sacar a Akagami y Kiki propone seducirlo para que Yuzuki se ponga en su contra. Para dicho efecto, las mujeres planean un escenario donde Yuzuki observe a Akagami seduciendo a Tsukuyo. Al darse cuenta que su punto débil son los pechos grandes va maquinando un astuto plan que incluye abusar de su autoridad. Akagami es infalible ante las numerosas tareas pendientes del templo y todas las cumple mejor de lo que esperan, pero se siente culpable de sentir atracción a los atributos de las mujeres de lugar castigándose a sí mismo.
Tsukuyo entra a la bañera mientras Akagami se está duchando y se desnuda provocándolo. El nerviosismo le hace golpear un mueble y con él caen unas cajas. Para salvar a Tsukuyo, Akagami se lanza rápidamente sobre Tsukuyo dejándoles cara a cara, pero una última caja le golpea en la nuca a Akagami haciendo que ambos se toquen los labios como si se dieran un beso.
En ese preciso momento, Yuzuki, quien Tsukuyo había solicitado que fuera a la ducha, entra y observa toda la escena. Su sorpresa es tal que le pide a Akagami que se vaya de la bañera y el templo se cierne en confusión porque la reacción de Yuzuki es de repulsión, además que Kiki le cuenta la conspiración comprobando la inocencia de Akagami.
Yuzuki y Tsukuyo platican sobre el por qué Akagami se encuentra en medio de ellas siendo un monasterio femenino. Yuzuki le explica que es lo que su madre hubiera deseado al ver a Akagami. Tsukuyo entonces comprende que tal vez juzgó mal a Akagami cuando reciben la noticia de que el muchacho emprendió el viaje lejos del santuario.
Akagami se entrega a la policía, pero desestima su declaración y tampoco puede ir a su departamento porque se mudó a él un nuevo inquilino. En medio de una torrencial lluvia y de la culpa por tener sentimientos impuros con Yuzuki y Tsukuyo, Yuzuki se le aparece reclamando por irse del templo y por no confiar en ella. Además le dice que el primer paso para alcanzar la iluminación es que nadie debe vivir solo. Tsukuyo le ofrece disculpas por querer inculparlo, pero le cobra 5 millones de yenes por el beso involuntario.
De vuelta en el templo, Kurage le explica a Akagami que antes Yuzuki era más impulsiva y más tonta, después le ofrece su ayuda con la cena. Platican sobre la forma de ser de Yuzuki; y Kurage le ofrece observar a Tsukuyo y Yuzuki que están en la bañera. Akagami se da cuenta que Kurage es astuta e intrigante, pero cae en su trampa para invadir la privacidad de las muchachas. El episodio finaliza con una amenaza directa de Mia sobre Akagami.
El manejo de la culpa en Akagami y Tsukuyo
Temple está planteando un segundo episodio desde el sentimiento de culpa de Akagami que más tarde se vuelve el sentimiento de culpa de Tsukuyo. Además, Kurage ofrece la otra cara de la moneda con un papel discreto como agente del caos al que, sentirse abrumada por la culpa no es uno de sus rasgos. Sin duda es un contraste que equilibra el peso argumental.
Akagami es un hombre que sabe lo que tiene que hacer, pero sus impulsos carnales en su mente sobre las mujeres le juegan muy malas pasadas. Intenta hacer penitencia por sentir piquetes sensuales con las mujeres del templo e inmediatamente trata de reprimir. Incluso intenta entregarse a la policía por un beso que él ni intentó dar ostentando culpa de ello.
Por otro lado, Tsukuyo comienza con una iniciativa muy visceral a la idea de que Akagami viva en el templo. Sin embargo, cuando ve que su plan funciona, que Yuzuki descubre su conspiración y además que las razones para que Yuzuki lo deje en el templo son buenas, es cuando sabe que ha llegado el momento de tener humildad y ofrecer disculpas.
Contrasta claramente con la actitud de Kurage que a pesar de ser empática, trata de manejar la mente de Akagami, obsesionado encubiertamente con Yuzuki y explota esa debilidad en él para crear caos. Acepta sus errores, pero lejos de sentirse culpable, se jacta de ellos. Igualmente, aunque Tsukuyo ha visto a Akagami con distintos ojos, la resistencia a que él permanezca en el templo sigue en pie prometiendo nuevas historias para los próximos capítulos de Temple.
Sinopsis de Temple:
A Akemitsu Akegami su padre siempre le dijo que “nadie puede vivir solo”… pero él está decidido. Después de todo, seguro que su padre no lo decía con las mejores intenciones, y Akemitsu no tiene ningún deseo de llegar a ser como ese cretino. Pero cuando un encuentro casual con una joven le deja con pensamientos demasiado impuros, decide hacer lo que debe: convertirse en monje budista y renunciar a las costumbres mundanas. Pero el templo al que decide dedicarse… ¿está lleno de mujeres? ¿Y esa misma joven también está allí? ¿Qué puede hacer un hombre?
Fuente: Sitio Oficial